viernes, 14 de febrero de 2014

La Cabaña

El camino se abría a través de la maleza. Había llovido horas antes, aún estaban mojadas las ramas bajas de algunas plantas silvestres. Bajó del auto, sacó su maleta de mano, cerró la puerta y encendió un cigarrillo. Se dirigió hacia la vieja cabaña. Caminó con cuidado, tratando de no resbalar por la humedad del piso, se agarró de algunos troncos de árboles para darse firmeza y no caer. Las botas del pantalón empezaban a embarrarse. Sin prisa siguió el sendero, los rayos del sol a penas penetraban, aún quedaban unos minutos de camino antes de llegar. Dio la última bocanada y arrojó la colilla encendida a un pequeño charco pantanoso que se había formado en el suelo, rechinó al caer y un poco de ceniza quedó flotando.

Historias Cortas

"Oír tu voz el contestador me hace dudar
de ti no sale nada sin cobrar, es más que un rumor
pides perdón y repites que no es perversidad
hablas de noches sin fin de impunidad..."


Me dejé llevar de la lujuria represada en tus palabras, que surgían de la nada, y sentada allí en el escritorio vinieron a mi cabeza imágenes tuyas, teniéndome contra la pared, pasando tus manos sobre mis senos, lamiendo mi cuello... apretando tu pelvis contra mis nalgas y la humedad derramándose entre mis piernas, moviéndome al compás de tu cuerpo, susurrándome al oído como quieres tenerme.

jueves, 23 de mayo de 2013

Isabelle

Sus ojos tardaron un poco en adaptarse al cambio de luz; donde comenzaba el camino casi hasta la mitad del recorrido, era oscuro. Sólo se distinguían algunas formas de árboles, tal vez maderos de la cerca que se desplegaba a lo largo de este.

Había avanzado pocos metros, estaba unos pasos delante de él cuando le tomó por la cintura y la estrechó contra su cuerpo. Dio la vuelta para ver su cara y le besó fuerte, sintió la respiración en la cara. Sus manos se dejaron ir por el torso hasta abrir la chaqueta y la camisa, en los pezones podía sentir el frío de la noche y el calor de su boca.