Sus ojos tardaron un poco en adaptarse al cambio de luz; donde comenzaba el camino casi hasta la mitad del recorrido, era oscuro. Sólo se distinguían algunas formas de árboles, tal vez maderos de la cerca que se desplegaba a lo largo de este.
Había avanzado pocos metros, estaba unos pasos delante de él cuando le tomó por la cintura y la estrechó contra su cuerpo. Dio la vuelta para ver su cara y le besó fuerte, sintió la respiración en la cara. Sus manos se dejaron ir por el torso hasta abrir la chaqueta y la camisa, en los pezones podía sentir el frío de la noche y el calor de su boca.