martes, 22 de junio de 2010

He Loves Me

Un golpe seco. Unas gotas de sangre salpicaron la pared. El objeto pesado cayó contra el suelo. Sus pies corrieron hacia la puerta antes que su cabeza fuese consciente de que huía. Ya afuera, miró hacia la habitación, respiró profundo y exhaló luego con alivio.

Cruzó la calle y caminó a paso largo por la oscura avenida, sus manos en los bolsillos empuñaban algunos billetes, aceleró el paso hasta llegar a la cafetería. Dentro de ésta era tibio, cálido y acogedor; las sillas rojas en charol alrededor de la mesa, los manteles de cuadros pequeños de color rojo y blanco, y los tarros a medio llenar de salsas y condimentos, le hacían sentirse nostálgica de casa. Sentada allí espero paciente a que alguien tomara su orden.